Davos, Suiza (EFE). Zohra, la primera orquesta de mujeres afganas, todas de entre 12 y 18 años, cerró el 29 de enero el Foro Económico Mundial que se celebró durante cuatro días en la estación alpina, con un fuerte mensaje de emancipación para Afganistán y todo el mundo musulmán.
El conjunto tocó para los líderes políticos, económicos y de la sociedad civil reunidos en Davos junto con la orquesta juvenil de Ginebra, en lo que representa una "poderosa reafirmación de la amistad y confianza entre diferentes culturas".
La orquesta abrió en la localidad suiza una gira de diez días que le llevará a Ginebra y a Zúrich y posteriormente a ciudades alemanas, donde tocarán con músicos locales.
El fundador de la orquesta y responsable del Instituto Nacional de Música de Afganistán, Ahmad Sarmast, explicó en una rueda de prensa que Zohra "no es solo especial para Afganistán, sino también para la región entera y el mundo musulmán también, donde las mujeres y niñas aún afrontan enormes retos y desigualdad".
La idea de la orquesta, que se creó hace dos años y medio, fue de un alumno de Sarmast y en ese periodo "ha conquistado el mundo con su visión, la valentía de las niñas, el programa innovador", dijo.
El nombre de la orquesta tiene su origen en dos hermanas, Zohra y Najib que "empezaron a hacer música en Afganistán", explicó Zarifa Adiba, una de las integrantes y pieza clave del conjunto.
Zohra también significa en la mitología afgana "diosa de la música, de las artes, de la paciencia y del amor", señaló Sarmast.
"Tocamos para el mundo", señaló Zarifa, quien recalcó que la percepción exterior de Afganistán no es del todo positiva y se piensa inmediatamente en la guerra y en los talibán, pero el país tiene muchas cosas bonitas y mujeres muy fuertes, como las de Zohra y mujeres ciclistas que han sido nominadas para los Premio Nobel".
"Sí, hay guerra, hay cosas malas, hay violencia contra las mujeres, pero hay muchas cosas positivas, y estoy encantada de que tengamos la oportunidad de poder transmitir una imagen positiva al mundo de Afganistán", enfatizó.
La orquesta significa un "logro especial para Afganistán y representa una institución y un modelo para otros afganos y para la emancipación de la mujer y la representación de artistas femeninas en el mundo de la cultura y las artes", recalcó Sarmast.
Para Zarifa el formar parte del conjunto y dirigirlo le ha permitido experimentar "unidad, amor, esperanza y más que nada que uno nunca jamás debe rendirse".
Cada niña de la orquesta tiene su propia historia y para otra de sus integrantes, Negin Khpolwak, "la música es tan importante".
Le fascina Chopin y sueña con interpretar la novena sinfonía de Beethoven, el himno de la alegría.
"Queremos decir a otros países que las mujeres afganas pueden hacer todo y no quedarse únicamente en casa", subrayó.
"Queremos transmitir que queremos libertad para las mujeres en Afganistán y paz", en un país donde la gente "ha sido privada de su voz durante décadas por los talibán", explicó Sarmast.
"Toma tiempo reeducar a la gente e introducirles a nuevos valores", añadió, y reconoció que la creación de la orquesta no ha sido ausente de críticas de parte de la sociedad afgana.
"La gente de a pie nos apoya plenamente. Por supuesto hay críticas de personas con mentalidad talibán, para los que la música y la educación no es para niñas", afirmó.
Para el fundador de Zohra, la orquesta envía no obstante el mensaje de "cómo el arte y la cultura pueden contribuir a la reunificación o reconciliación de Afganistán y cambiar la percepción" del país centroasiático.
La orquesta "enseña tantas buenas cualidades" a jóvenes y "les muestra cómo respetar las diferencias y cómo vivir en paz y armonía", añadió.
Su llamamiento a los líderes del mundo es "por favor inviertan más en arte, cultura y por supuesto en educación. Es la única forma que tenemos para superar los muchos desafíos que enfrentamos en los países en vía de desarrollo".