Aguascalientes, Aguascalientes, 28 de mayo, 2016 (Agencia Informativa Conacyt). Aurora Terán Fuentes, doctora en historia por la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) y profesora investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), realiza un estudio sobre la prensa escrita de Aguascalientes en las postrimerías del siglo XIX, concretamente sobre los contenidos del periódico El Instructor, con el objetivo de conocer cómo se divulgaban temas científicos a las mujeres de la época porfiriana.
"En ese entonces la mujer era formada en dos vertientes: una, que tiene que ver con la educación cívica y moral, y otra, que tiene que ver con una educación científica, aun desde la casa, porque también estamos en los tiempos del positivismo, estamos todavía con una idea muy optimista del progreso, según el cual la república se consolida con los ciudadanos, y los ciudadanos tienen que construirse, se tienen que formar y, por otro lado, lograr que sea un país industrializado y civilizado, lo cual se consigue a través de la educación científica”, explicó a la Agencia Informativa Conacyt.
Refirió que en el periódico El Instructor, el cual fue editado por Jesús Díaz de León y se publicó entre 1884 y 1907, se practicó un tipo de periodismo que pretendía ser un instrumento de propaganda científica, dirigido a amas de casa que en el mejor de los casos habían terminado la educación primaria, a fin de instruirlas a través de la prensa.
“Es una preocupación educar a la mujer, en el siglo XIX no recibía educación, la visión era machista, entonces en aquella época yo lo que observo es que nace una genuina preocupación, porque si tiene a una mujer que no recibe educación, entonces, ¿cómo va a formar a los ciudadanos?”.
Aurora Terán detalló que entre los textos contenidos en El Instructor se pueden encontrar recomendaciones para la mujer, como la contenida en una receta para elaborar atole, que incluía el uso del maíz, la historia de este grano y una extensa disertación sobre los distintos tipos de maíz, todo lo anterior, partiendo de la premisa de que el rol de la mujer en el hogar era la cocina, motivo por el cual tenía que tener conocimientos de agronomía. Asimismo, el periódico contenía una sección de filología, explicaciones científicas sobre los sentidos y una traducción del Cantar de los Cantares por entregas.
Agregó: “En el periódico había una sección que se llamaba “Ciencia en el Hogar”, en la cual planteaban que instruir es cuestión teórica, con la intención de que la mujer tuviera esos conocimientos y experimentara posteriormente en la casa, y que los hijos, desde chiquitos, crecieran en un ambiente de conocimientos y de amor al conocimiento científico”.
Finalmente, Aurora Terán sostuvo que esta publicación tenía como público meta las madres de familia, pero también llegaba a las maestras, pues el periódico se distribuía en el Liceo de Niñas, llegando así a las educadoras, contribuyendo de esta forma a abonar a una idea de la Ilustración que consistía en instruir, educar e ilustrar a la mujer, pues es ella quien va a formar a los ciudadanos.