Asunción, 28 nov (EFE).- La inclusión de una visión de género en la elaboración de políticas ayuda a tener "una gestión más eficaz del Estado", al permitir que se pueda "identificar dónde está el problema e invertir directamente en la solución".
Así lo cree la especialista regional de ONU Mujeres sobre empoderamiento económico, Raquel Coello, quien en una entrevista con Efe opinó que tener presente la figura femenina y su papel en la sociedad a la hora de elaborar los presupuestos estatales contribuye a que estos sean más igualitarios.
"Los programas no son neutros, para promover las políticas de igualdad se requieren recursos, pero, dependiendo del enfoque que les des, puedes hacer que rindan mejor para la igualdad de género", comentó Coello, de visita en Paraguay para presentar el informe "El Progreso de la Mujeres en América Latina y el Caribe 2017", elaborado por ONU Mujeres.
Una de las políticas en las que más se ha avanzado en América Latina en los últimos años es en la incorporación femenina al mercado laboral y la reducción del número de mujeres sin ingresos propios.
El informe de ONU Mujeres muestra que entre 1992 y 2014 la participación laboral de las mujeres mayores de 25 años aumentó en 12 puntos porcentuales, al pasar de un 44,5 % a un 56,4 %.
Por otro lado, la contracción del número de mujeres sin ingresos propios pasó del 16,2 % en 2002 al 12,5 % en 2014, según los datos de la encuesta.
Coello matizó que esto se debió no solo a las políticas favorables para las mujeres, sino también al periodo de ciclo económico expansivo que vivió la región.
No obstante, la experta alertó del cambio de tendencia y urgió a los gobiernos de América Latina a "decidir si van a repetir lo que se viene a llamar la 'Década Perdida' o si van a conseguir recolocar el posicionamiento de un Estado que garantice que los logros que se han conseguido no se pierdan".
Esos logros, sin embargo, son parte todavía de "un proceso incompleto", porque siguen existiendo "importantes brechas de desempleo, salarial, de acceso al trabajo formal o de productividad".
La incorporación de la mujer al mercado laboral no se ha traducido en una reducción de horas de trabajo doméstico, sino que se ha sumado al tiempo que dedican a la casa, puesto que no se ha dado "una redistribución entre hombres y mujeres" ya que ellos "no han asumido su parte de responsabilidad en los cuidados".
Estas actividades pesan aún sobre las mujeres y su uso del tiempo, algo que para la economista se debe a que "el Estado todavía no ha generado condiciones para que haya una redistribución entre el Estado, el sector privado y los hogares".
Para Coello, "hay que abordar de manera integral" este desequilibrio para permitir a la mujer su incorporación al mercado de trabajo, sin que los cuidados de sus familiares frenen su carrera profesional, a través de licencias parentales para hombre y mujeres, formalización del empleo o pensiones sostenibles.
La otra tarea pendiente es la creación de empleo de calidad para las mujeres, aunque esas políticas deberán "tener en cuenta que el mercado está segregado y esa segregación se tiene que poder romper con medidas específicas para permitir que las mujeres se incorporen a actividades que tradicionalmente no han estado ocupadas por ellas".
Coello lamentó que Latinoamérica haya hecho "tanto esfuerzo" por la educación de las mujeres, pero no lo haya acompañado de políticas para retener a la mujer en el mercado laboral.
"Es realmente una ineficiencia de la inversión hecha que esas mujeres ni puedan dar el máximo de potencial al que podrían contribuir y es una ineficiencia que esas mujeres no puedan acceder al máximo de ingresos que permitirían mantener y activar el ciclo económico", concluyó Coello. EFE Economía