Madrid (EFE). Bajista, cantante, compositora y colaboradora de los más grandes, de Prince a Lenny Kravitz, Nik West no pierde la sonrisa ni cuando ratifica al otro lado del teléfono que "como mujer" tuvo que probar "doble valía" para hacerse un hueco en el mundo del rock.
"Aún hoy tengo que demostrar que soy algo más que una cara bonita en una industria, la musical, que tiende a hipersexualizar a sus estrellas femeninas", lamenta a Efe esta música de 28 años, que mañana actúa en Madrid con su fusión de funk y rock y su singular y poderosa voz.
Todo ello está presente en "Bottom of the Bottle", último sencillo de su producción, que acompaña con un videoclip en el que da muestras de un optimismo irreductible ("así soy yo en la vida real", asegura) y de un colorido penacho, con el que se define como "una guerrera".
"Y estoy un poco loca", añade West, una "locura" que dice haber aprendido a canalizar tras codearse con otros genios de la música, como Prince, Dave Stewart, John Mayer o Steven Tyler, por citar solo algunos.
Enamorada de la música de Larry Graham, Louis Johnson (de los Brothers Johnson) o Marcus Miller, recuerda que fue escuchando la línea de bajo del "Wanna Be Startin' Somethin'" de Michael Jackson como decidió que ese sería el instrumento que la ligaría por completo al arte.
"Si no cantara, sería otro tipo de artista, pero sé que, aunque no pudiera hacerlo, sí tocaría el bajo igualmente", declara esta joven de Phoenix que se dice ligada sobre todo a las cuatro cuerdas.