EFE - Las mujeres rurales en Perú han empezado a implementar tecnologías sostenibles para contrarrestar la contaminación ambiental que causa el sector de la energía, que en este momento es el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero en el país sudamericano.
Del otro lado del mundo, en la isla de Kadavu, en Fiji, decenas de mujeres han instalado paneles solares en 376 hogares, de doce aldeas, con la finalidad de mitigar la pobreza energética en la zona y que eso, a su vez, permita eliminar brechas educativas y de salud.
Al igual que ellas, miles de mujeres en Colombia, Costa Rica, Marruecos, Bangladesh o Australia se han erigido "agentes de cambio" y trabajan cada día por mejorar sus comunidades y disminuir los efectos de la crisis climática que las hace más vulnerables que el resto de la población.
"Las mujeres invierten más tiempo en incrementar el bienestar de sus familias y de sus congregaciones", señala en una entrevista con Efeminista la experta en género y medio ambiente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Latinoamérica, Andrea Quesada.
Además, la experta añade que "quizás en muchos lugares ellas no lo llamen cambio climático, pero saben lo que es, lo están viviendo en carne propia. Están experimentando períodos de sequías y lluvias que ya no son predecibles y están haciendo todo lo posible por adaptarse rápidamente, para sobrevivir".
En Barbados, Granada y Jamaica, por ejemplo, las mujeres han aprendido a usar métodos agrícolas más sostenibles como forma más estable y fiable de ganar dinero. Entre ellos, la rotación de cultivos, la correcta recolección de agua lluvia o el uso de materiales naturales para conservar la humedad y aumentar la fertilidad del suelo.
Para el PNUD, promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres es "absolutamente esencial" para cumplir con las metas ambientales y de conversación.
En este sentido, puesto que la participación diferenciada de las mujeres en la sociedad les permite detectar soluciones innovadoras para contribuir a la mejora de la calidad de vida y a un desarrollo sostenible, la ONU está convencida de que es primordial que ellas también sean parte de la toma de decisiones.
"Los cambios también se ven en los patrones de consumo. En Suecia, por ejemplo, hay datos que demuestran que las mujeres están más dispuestas a consumir productos verdes si tienen los recursos suficientes para adquirirlos", añade Quesada.
"Esta es una oportunidad para transformar, no solo las actividades que realizamos para reducir los impactos negativos en el medio ambiente, sino también las relaciones de poder que son desiguales en nuestros países", enfatiza la experta.
Sin embargo, pese a los múltiples proyectos que organizaciones como Naciones Unidas están llevando a cabo alrededor del mundo para que más mujeres se involucren en el desarrollo de una sociedad más sostenible, Quesada cree que "la acción no está siendo lo suficientemente rápida".
"El reto más grande que tenemos es la implementación. En algunos casos por motivos políticos, lo cual es más difícil de cambiar, y otras veces por falta de capacidades y recursos", afirma.
Es por esta razón, adelanta, que en la Conferencia sobre Cambio Climático equipos del PNUD se presentarán hoy varias iniciativas exitosas que ya se están llevando a cabo en países latinoamericanos con el objetivo de que se tomen como ejemplo en otros lugares.
"Gracias a un trabajo muy grande de países como México, Costa Rica y Perú se está tratando de impulsar que el plan de acción de género sea mucho más ambicioso y que vaya más enfocado a esa implementación, a cómo se puede poner en práctica una acción climática de mitigación y de adaptación género responsiva y género transformadora". EFE